La misma piedra en el camino
Es curioso ver como somos los seres humanos, las personas que recorren este mundo alejado de los más básicos principios. Resulta muy curioso ver cómo somos capaces de tropezar una y otra vez con la misma piedra del camino, esa piedra que nos impide avanzar por el camino del autoconocimiento.
Y resulta también muy curioso, y a la vez desalentador, que no tengamos la capacidad de sentarnos a observar la piedra para ver de que esta hecha o cómo poder quitarla de nuestra senda. Seguimos dandonos contra la misma piedra hasta que alguien que pasa por allí nos ayuda a comprender y a quitarla de enmedio.
Me estaba dando contra la misma piedra, rodeada por las cadenas del miedo. Y nunca me había parado a observarla. Simplemente estaba obsesionado o cabreado porque no conseguía avanzar. Hasta hace unos meses no me importaba ese hecho, el de no avanzar, pero ahora ha surgido una motivación extra para sobrepasarla.
Hoy me han explicado de qué esta hecha mi piedra y que he de hacer para echarla a un lado y seguir caminando. Hoy tengo más fuerzas para seguir adelante. Lo único que me preocupa y me apena es que sea demasiado tarde para seguir mi ruta. Espero que no porque de lo contrario tendría que aprender otra cosa más. Tendría que aprender a seguir dejando cosas atrás. Y ojo, ya lo había hecho, lo de seguir adelante pero esas cosas no quedaban atrás. Se quedaban a mi lado añadiendo una carga excesiva, lo cual ralentizaba mi camino. Tendría que aprender a dejarlas a un lado y no echar la vista atrás.
Hoy he aprendido que no puedo dejar que mis miedos, mis cadenas influyan a la gente que me rodea. Debo de evitarlo a toda costa. Y para eso tengo que dejarlas atadas y bien fuerte a la dichosa piedra para que no vuelvan a aparecer a mi alrededor.
Pedir disculpas a todos aquellos a los que he afectado. Y también darles las gracias porque con su apoyo y su aguante he conseguido desprenderme de todo lo que me ataba y atenazaba.
2 comentarios
Raquel -
Nunca es demasiado tarde, más vale saber ahora donde estaba la piedra que no haberlo sabido nunca.
Un besazo enorme
Silvia -